jueves, 15 de marzo de 2012

Séptimo capítulo ^^

Siento mucho haber tardado tanto en escribirlo, me he quedado un poco bloqueada, pero, por fin, lo he conseguido.
En bastante misterioso,y trata todo sobre un nuevo personaje...
¿Os animáis a leerlo? ^^


CAPÍTULO 7

Me deslicé por el árbol. Aterricé silenciosamente en la hierba, aún húmeda por la reciente llovizna. De puntillas, caminé hacia la salida del jardín. Una vez fuera, me limpié la ropa de los restos de hojas y ramas que se habían quedado pegados. Cuando estuve limpio, cogí aire y, en menos de 3 segundos, ya estaba corriendo a unos 100 km por hora.
Aunque no tenía un destino fijo, me gustaba notar como la brisa golpeaba mi cara mientras corría. Me gustaba correr, me hacía sentirme superior, porque sabía que a esa velocidad nadie me podría alcanzar. Por lo menos un humano no.
“Así que aquel chico era mi querido familiar…” pensé, mientras seguía corriendo.
Parecía el típico guaperas, pero gilipollas. Pero eso era imposible. Era un familiar suyo. Era uno de los “suyos”. Y todos los que eran como él tenían muchos dones, entre ellos el de la inteligencia.
De repente, una pequeña vibración me despertó de mis pensamientos. Miré hacia mi bolsillo y saqué mi móvil. Tenía una llamada perdida. Revisé el número y vi que era de mi tía.
Mi tía era la persona más importante para mí en el Submundo y en el mundo de los humanos.
La quería como a ninguna otra persona, puesto que ella había sido como mi madre, cuando esta murió. Me había criado, alimentado y enseñado. Gracias a ella, ahora era lo que era.
Pulsé en el botón de “devolver llamada”. Al primer “bip” ya pude oír como alguien descolgaba el teléfono al otro lado de la línea.
-¡Cariño! Menos mal que coges el teléfono, ya me estaba empezando a preocupar…-exclamó bastante agitada mi tía al otro lado de la línea.
-¡Tranquila, Luna, tan solo han pasado 2 minutos desde que me has llamado!
-Lo sé, pero es que no quiero que te pase nada y…ya sabes…Estás es una misión muy peligrosa, y, bueno, no quiero que le pase nada a mi sobrinito preferido.
Yo sonreí. Mi tía podía ser muy sensiblera cuando quería.
-Tú también eres mi tía favorita.
-Bueno, eso es porque soy tu única tía.
-Da igual, aunque tuviese 100 más, tu seguirías siendo mi preferida.
¡Oh, pero que cosas más bonitas dice mi sobrino! Pues, aunque yo también tuviese 100 sobrinos más, tu seguirías siendo mi preferido.
-Luna, es que tú tienes 100 sobrinos más.
Los dos reímos, cada uno en su lado de la línea.
-Y por eso mismo, sigues siendo mi sobrino preferido.
-Bueno, tengo prisa, así que dime, ¿para qué me habías llamado?
-¡Ah sí! Casi me había olvidado. Solo quería saber que tal ibas con la “misión”.
-Pues, la verdad, bastante mal…
-¿En serio? ¿No has descubierto nada por ahora?
-Bueno, solo he descubierto dónde vive, pero nada más.
-¿Cómo que “solo? ¡Eso es muchísimo! ¿Tú sabes la de cosas que se pueden hacer sabiendo su dirección?
-Pues…la verdad…no.
-Pues te lo digo yo: infinitas cosas. Puedes esperar y raptarlo, puedes…puedes…
-Sí, sí, ya sé a qué te refieres.
La verdad es que mi tía tenía razón. Llevaba tan solo un día en Heslon y ya había averiguado la dirección del domicilio de Carlos.
-Bueno, cariño, te tengo que dejar, que tu tío necesita ayuda en sabe dios lo qué… Ya hablaremos mañana. Un beso.
-Muy bien. Adiós, ya dale recuerdos al tío de mi parte. Otros besos.
Fui el primero en colgar. Estaba muy cansado, y no tenía ganas de seguir hablando.
Me dirigía a gran velocidad hasta uno de los mejores hoteles de Heslon, llamado: El Ruiseñor.
Un guardia vigilaba la entrada. Pasé por delante de él.Me dirigí a recepción. Tenía suerte, la dependienta era una chica. A aquellas horas de la noche (la 1 y media) ya no había gente en recepción. Me acerqué a recepción y contemplé a la chica. No estaba mal. Tenía el pelo rubio, liso, y corto. Me acerqué a ella. Ella levantó la mirada y se quedó embobada al verme. Me encantaba aquella sensación. Sonreí y le dije:
-Hola, sé que no son horas para lo que te voy a pedir, pero, pensé que, como una dependienta muy guapa que eres, me dejarías quedarme esta noche a dormir en una de las habitaciones, pero sin pagar, claro.
-Yo…yo… Primero, muchas gracias por el cumplido-dijo totalmente sonrojada-. Y segundo, lo siento mucho, pero yo…por mucho que quiera no puedo dejarte una habitación si no pagas.
Genial. No era tonta. Tendría que recurrir a métodos más duros, pero que me encantaban.
Me acerqué lentamente a sus ojos y le dije, con un suave pero autoritario tono de voz, mirándola fijamente a los ojos.
-Vas a dejarme dormir esta noche en una suite del hotel, sin pagar.
Pasaron unos segundos, y al fin, ella, hipnotizada, respondió:
-Sí, por supuesto.
Se levantó y me condució hasta una habitación.
-Gracias-dije.
-Un placer-dijo la chica, totalmente hipnotizada.
Observé cómo se iba y entré en mi habitación. Era grande y espaciosa, quizás me quedase a dormir algún día más allí.

Me tumbé en la cama. La ducha que me acababa de dar me había sentado genial. Me tumbé en la cama sin la camiseta y empecé a pensar.
Así que aquel era mi querido familiar…
Pensé durante mucho tiempo, y al final, llegué a una conclusión.
“Tendré que matarlo”.