jueves, 5 de abril de 2012

IMPORTANTE *.*

Bueno, como veréis, llevo algún tiempo sin subir capítulos, ¿la razón?
Que no he podido,y que estoy un poco bloqueada.
Pero lo importante de esto no es eso, sino que sepáis que estoy haciendo algunos cambios en los capítulos y en el prólogo.
Es decir, los voy a alargar un poco más, añadiré y quitaré algunas cosas...
Bueno, ya os avisaré cuando esté todo listo, y de paso también subiré el siguiente capítulo.
Comentar diciéndome que os parecen los nuevos cambios: mejor, peor, igual...
Gracias a todos/as!! ^^

jueves, 15 de marzo de 2012

Séptimo capítulo ^^

Siento mucho haber tardado tanto en escribirlo, me he quedado un poco bloqueada, pero, por fin, lo he conseguido.
En bastante misterioso,y trata todo sobre un nuevo personaje...
¿Os animáis a leerlo? ^^


CAPÍTULO 7

Me deslicé por el árbol. Aterricé silenciosamente en la hierba, aún húmeda por la reciente llovizna. De puntillas, caminé hacia la salida del jardín. Una vez fuera, me limpié la ropa de los restos de hojas y ramas que se habían quedado pegados. Cuando estuve limpio, cogí aire y, en menos de 3 segundos, ya estaba corriendo a unos 100 km por hora.
Aunque no tenía un destino fijo, me gustaba notar como la brisa golpeaba mi cara mientras corría. Me gustaba correr, me hacía sentirme superior, porque sabía que a esa velocidad nadie me podría alcanzar. Por lo menos un humano no.
“Así que aquel chico era mi querido familiar…” pensé, mientras seguía corriendo.
Parecía el típico guaperas, pero gilipollas. Pero eso era imposible. Era un familiar suyo. Era uno de los “suyos”. Y todos los que eran como él tenían muchos dones, entre ellos el de la inteligencia.
De repente, una pequeña vibración me despertó de mis pensamientos. Miré hacia mi bolsillo y saqué mi móvil. Tenía una llamada perdida. Revisé el número y vi que era de mi tía.
Mi tía era la persona más importante para mí en el Submundo y en el mundo de los humanos.
La quería como a ninguna otra persona, puesto que ella había sido como mi madre, cuando esta murió. Me había criado, alimentado y enseñado. Gracias a ella, ahora era lo que era.
Pulsé en el botón de “devolver llamada”. Al primer “bip” ya pude oír como alguien descolgaba el teléfono al otro lado de la línea.
-¡Cariño! Menos mal que coges el teléfono, ya me estaba empezando a preocupar…-exclamó bastante agitada mi tía al otro lado de la línea.
-¡Tranquila, Luna, tan solo han pasado 2 minutos desde que me has llamado!
-Lo sé, pero es que no quiero que te pase nada y…ya sabes…Estás es una misión muy peligrosa, y, bueno, no quiero que le pase nada a mi sobrinito preferido.
Yo sonreí. Mi tía podía ser muy sensiblera cuando quería.
-Tú también eres mi tía favorita.
-Bueno, eso es porque soy tu única tía.
-Da igual, aunque tuviese 100 más, tu seguirías siendo mi preferida.
¡Oh, pero que cosas más bonitas dice mi sobrino! Pues, aunque yo también tuviese 100 sobrinos más, tu seguirías siendo mi preferido.
-Luna, es que tú tienes 100 sobrinos más.
Los dos reímos, cada uno en su lado de la línea.
-Y por eso mismo, sigues siendo mi sobrino preferido.
-Bueno, tengo prisa, así que dime, ¿para qué me habías llamado?
-¡Ah sí! Casi me había olvidado. Solo quería saber que tal ibas con la “misión”.
-Pues, la verdad, bastante mal…
-¿En serio? ¿No has descubierto nada por ahora?
-Bueno, solo he descubierto dónde vive, pero nada más.
-¿Cómo que “solo? ¡Eso es muchísimo! ¿Tú sabes la de cosas que se pueden hacer sabiendo su dirección?
-Pues…la verdad…no.
-Pues te lo digo yo: infinitas cosas. Puedes esperar y raptarlo, puedes…puedes…
-Sí, sí, ya sé a qué te refieres.
La verdad es que mi tía tenía razón. Llevaba tan solo un día en Heslon y ya había averiguado la dirección del domicilio de Carlos.
-Bueno, cariño, te tengo que dejar, que tu tío necesita ayuda en sabe dios lo qué… Ya hablaremos mañana. Un beso.
-Muy bien. Adiós, ya dale recuerdos al tío de mi parte. Otros besos.
Fui el primero en colgar. Estaba muy cansado, y no tenía ganas de seguir hablando.
Me dirigía a gran velocidad hasta uno de los mejores hoteles de Heslon, llamado: El Ruiseñor.
Un guardia vigilaba la entrada. Pasé por delante de él.Me dirigí a recepción. Tenía suerte, la dependienta era una chica. A aquellas horas de la noche (la 1 y media) ya no había gente en recepción. Me acerqué a recepción y contemplé a la chica. No estaba mal. Tenía el pelo rubio, liso, y corto. Me acerqué a ella. Ella levantó la mirada y se quedó embobada al verme. Me encantaba aquella sensación. Sonreí y le dije:
-Hola, sé que no son horas para lo que te voy a pedir, pero, pensé que, como una dependienta muy guapa que eres, me dejarías quedarme esta noche a dormir en una de las habitaciones, pero sin pagar, claro.
-Yo…yo… Primero, muchas gracias por el cumplido-dijo totalmente sonrojada-. Y segundo, lo siento mucho, pero yo…por mucho que quiera no puedo dejarte una habitación si no pagas.
Genial. No era tonta. Tendría que recurrir a métodos más duros, pero que me encantaban.
Me acerqué lentamente a sus ojos y le dije, con un suave pero autoritario tono de voz, mirándola fijamente a los ojos.
-Vas a dejarme dormir esta noche en una suite del hotel, sin pagar.
Pasaron unos segundos, y al fin, ella, hipnotizada, respondió:
-Sí, por supuesto.
Se levantó y me condució hasta una habitación.
-Gracias-dije.
-Un placer-dijo la chica, totalmente hipnotizada.
Observé cómo se iba y entré en mi habitación. Era grande y espaciosa, quizás me quedase a dormir algún día más allí.

Me tumbé en la cama. La ducha que me acababa de dar me había sentado genial. Me tumbé en la cama sin la camiseta y empecé a pensar.
Así que aquel era mi querido familiar…
Pensé durante mucho tiempo, y al final, llegué a una conclusión.
“Tendré que matarlo”.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Sexto capítulo ^^

Bueno, lo conseguí! Me ha salido una capítulo muy romántico, ¡pero no os acostumbréis mucho! Habrá mas cosas como estas, pero también habrá cosas opuestas, como misterio y muerte... bueno, ¡a ver qué os parece!








CAPÍTULO 6

Era sencillamente increíble.
Había viajado por todo el mundo, y nunca había conocido a nadie como ella.
Su pelo, ondulado, le caía en cascadas por los hombros hasta la espalda. Su sonrisa mostraba unos pómulos perfectos, y, aunque me avergonzaba decirlo, tenía un cuerpo increíble.
Alice…Era un nombre perfecto para ella.
Los dos nos levantamos y caminamos hacia las escaleras, callados. Tenía unos impulsos enormes de cogerle de la mano. Pero, por supuesto, me contuve. ¡La acababa de conocer!
Bajamos las escaleras con un incómodo silencio. Yo no paraba de pensar. ¡Acababa de conocerla y ya me iba presentar a sus amigos! Estaba bastante feliz, aunque desconocía el motivo. Sí, esa chica era guapa, muy guapa, pero, casi era una desconocida.
Por fin, llegamos a la planta baja. Ella me guió hasta una mesa con 4 adolescentes que parecían estar pasándoselo muy bien.
Nos acercamos hasta ellos.
-¡Hola!-saludó Alice.
-Vaya, la próxima vea que vayas a la pastelería me avisas ¿eh?-exclamó una chica de aspecto asiático.
-¡Pero si yo no he ido a ninguna pastelería!
-¿Y entonces de dónde has sacado este bombón?
-¡Sheila!-Alice le dio un suave puñetazo a aquella chica, Sheila.
Yo me sonrojé, pero reí.
-Este es Carlos, lo conocí arriba, en el pasillo.
-¿Seguro que no fue en los baños?-preguntó irónica una rubia.
Aquel comentario hizo que tanto Alice como yo nos sonrojásemos, y también hizo que Alice le diese otro suave puñetazo en el hombro a aquella chica rubia.
-¡No! Nos conocimos en el pasillo.
-Vale,vale… ¿Y ahora no nos vas a presentar?-comentó un chico muy alto, incluso puede que un poco más que yo, sentado al lado de la chica rubia.
-Ups, es cierto. Chicos, este es Carlos y Carlos, estos son mis amigos: Daniel-señaló al chico alto de antes-,Annie-señaló a la chica rubia-. Qué, por cierto, son novios. Esta es Sheila-señaló a la asiática, cuyo nombre ya sabía porque Alice lo había mencionado antes- y este es Óscar-señaló al último chico, bastante delgado, pero muy alto, tanto como yo.
-¡Encantado!-exclamé
Todos parecían muy majos, así que sonreí.
Estaba seguro de que me iban a caer muy bien.
                             
                                                          ________________

Estaba bastante satisfecha con el resultado.
A los chicos parecía haberles caído bastante bien Carlos.
Me acerqué a la silla con la intención de sentarme, pero Sheila y Annie se levantaron y me cogieron del brazo, llevándome a un rincón del local.
-¡Dios! ¿A quién te has traído?-exclamó Annie, muy emocionada con el encuentro de Carlos.
-Pues…a Carlos.
-No nos referimos a eso, nos referimos a que esta buenísimo. Dios, es incluso mejor que Ronald… ¿Os acordáis de él? Nos gustaba en primaria.
-Sí, nos acordamos. Y bueno, es guapo. Pero, ¿y qué?
-¿Guapo? ¡¡Es guapísimo!!
-Lo sé…-yo no pude evitar un suspiro- ¿pero solo me habéis traído aquí para decirme lo bueno que está?
-¡No! Queremos que nos digas cómo le has conocido.
Yo sonreí, y comenzé a relatarles la historia, sonriendo cada vez que me acordaba de algunos detalles como su sonrisa, su voz, sus ojos, lo cerca que habíamos estado…
-Guau…-Sheila y Annie suspiraron a la vez cuando terminé de relatarles la historia-¡Qué romántico!
-¿Darte un golpe en la cabeza y quedarte inconsciente te parece romántico?
-¡No! Me refiero a eso de que te cuide y todas esas cosas…
Yo sonreí. Sí, la verdad es que era bastante romántico.

La mañana concluyó con muchas risas, y al final, convencimos a Carlos para que viniese con nosotros al cine.
Parecía llevarse muy bien con Óscar y con Daniel, y yo me alegraba por ello.
La tarde pasó, dejando lugar a la noche.
Nos despedimos en el cine después de haber visto una película terrorífica que nos dejó a todos tan asustados que, para quitárnosla de la cabeza, tuvimos que ir a tomar algo y después ir a los recreativos.
Sheila, Annie, Óscar y Daniel volvieron en coche a casa, mientras que yo preferí ir andando.
-¿Seguro que no quieres venir con nosotros?-insistió una vez más Óscar
-Que no chicos, que prefiero ir andando, pero gracias por preocuparos.
-¿Y tú Carlos?
-¿Yo? No, gracias. Vivo bastante cerca y prefiero ir andando.
Todos se miraron con unas miradas maliciosas, lo que significaba que creían que Carlos y yo íbamos a acabr en la misma habitación aquella noche.
-¡Sois unos mal pensados!
Acto seguido me di media vuelta y me fui, mientras Carlos me seguía.
Poco a poco aminoré el paso.
-Son muy majos tus amigos.
-Lo sé, me alegro de que te hayan caído bien. Aunque no te fíes mucho, también pueden ser unos pesados que ni te imaginas.
Carlos rió. Tenía una sonrisa muy bonita.
Continuamos hablando un rato más hasta que llegamos a la esquina dónde cada uno seguiría su camino. Allí nos intercambiamos los números de teléfono y los correos electrónicos para mantenernos en contacto.
-A ver si otro día coincidimos, Alice.
-Por supuesto que sí. Y si no, podemos quedar algún día.
-Eso espero, bueno…Buenas noches.
-Buenas noches a ti también.
Y, como un impulso repentino, me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Acto seguido me di media vuelta y me marché.
                                 
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Me tumbé en la cama con tan solo un pantalón de pijama. Había llegado dando un rápido saludo a mi familia y había subido directamente a mi habitación.
Estaba agotado.
Me froté la mejilla.
Aún sentía como sus labios habían acariciado mi mejilla suavemente, pero con pasión. Era increíble, me había mudado aquí, a Heslon, con la intención de descansar y olvidarme del acoso de las chicas, puesto que este era un pueblo pequeño, y yo siempre destaba furor entre ellas.
Y mira tú por dónde, acabé recibiendo el beso de la chica más bella que había visto en mi vida: Alice.
Suspiré.
Los párpados se me cerraron lentamente, hasta que me quedé profundamente dormido.
Lo que no sabía es que alguien, desde un árbol florecido, en aquella noche estrellada, una sombra me estaba viendo, espiando.
Una sombra que tendría mucho que ver en mi futuro.
Y en el de Alice.

lunes, 20 de febrero de 2012

Quinto capítulo ^^

El quinto capítulo de Alma Inmortal, espero que os guste mucho! Decidme que os parece en comentarios! Gracias =)


  CAPÍTULO 5

Noté que mi cabeza descansaba sobre un brazo, y que alguien me estaba pasando un paño mojado por la frente. Lo primero que me vino a la cabeza es que estuviese en un hospital, pero luego abrí los ojos y me di cuenta de que aún seguía en el pasillo de los baños del McDonalds. Luego, miré a mi alrededor a ver si veía a Annie, Sheila, Óscar o a Daniel, pero ninguno estaba presente. “Aún no debieron de pasar 10 minutos desde que subí a los lavabos” Me dije. Y entonces fue cuándo me preocupé. Si no era ninguno de mis amigos quien me estaba cuidando, ¿quién era entonces? Me puse muy nerviosa; pero enseguida me tranquilicé cuando miré a aquella persona que me estaba cuidando.
Justo delante de mí estaba un chico. Pero no un chico cualquiera. El chico que me estaba cuidando era increíble. Era guapísimo. De una manera sobrenatural, incluso. Tenía unos ojos muuuuuuuuy azules. Claros. Su pelo era una mezcla de pelo liso y de pelo ondulado, negro. Era corto. Lo suficiente para que le quedase perfecto. Su cara parecía estar hecha a medida. Era perfecta. Entonces, me sonrió. Aquella sonrisa me dejó helada. Al sonreír se le marcaban los pómulos y le hacían aún más perfecto.
Sin querer, no pude evitar mirar hacia su torso.
Llevaba una camiseta ajustada y le marcaban el pecho. Era delgado, pero también fuerte. No como esos luchadores de lucha libre, a los que los músculos le sentaban fatal. Él tenía unos músculos pequeños, pero los tenía, y parecía ser fuerte.
Vi como se le caía algo al suelo, y él se levantó a recogerlo. Al ponerse de pie, vi que era alto, más que yo, incluso. Y eso que yo medía 1 metro 70 cm.
Rápidamente se volvió a sentar a mi lado. Volvió a cogerme la cabeza y se la colocó en su regazo.
-Buenos días. O más bien, buenas tardes.-volvió a sonreírme-Por fin te despiertas, estaba a punto de bajar a ver si había algún familiar o algún amigo tuyo por aquí.
-¿ Me ibas a dejar aquí inconsciente?
-Pues, ahora que lo pienso, sí.-empezó a reírse.
Yo me ofendí, pero enseguida me puse a reírme con él. Era extraño, pero me sentía a gusto con él. Muy a gusto, de hecho. ¡Y ni siquiera sabía su nombre! Y entonces, como si me hubiese leído la mente, me dijo:
-Me llamo Carlos, ¿y tú?
-Yo soy Alice, un placer.
-Lo mismo digo.
Nos quedamos durante unos segundos callados, hasta que yo hablé:
-Bueno y ¿qué es lo que ha pasado? Es decir, ¿cómo he acabado aquí?
-Pues, salías del baño de las chicas y yo caminaba hacia la salida. Entonces nos chocamos. Caíste al suelo durante unos minutos inconsciente. Concretamente durante 3 minutos. He llevado la cuenta.-me sonrió- Y bueno, te has despertado.
-Mmm…¿Seguro que ibas hacia la salida o estabas espiando el baño de las chicas?
-¡No! Yo no soy de ese tipo de chicos.-volvió a sonreírme, esta vez mirándome directamente a los ojos, lo que hizo que una desacrga eléctrica me recorriese el cuerpo.
-Bueno, creo que será mejor que baje. Mis amigos se estarán preocupando por mí.
-¿Así que has venido con amigos, no?
-Sí, con mis mejores amigos. Si quieres, puedes bajar y te los presento.
-Claro, me encantaría.
-Y, ¿tú no has venido con alguien?
-¿Yo? Que va. Solo he venido a comprar unas hamburguesas para llevar y, bueno, pues me vinieron ganas de venir al baño.
Esta vez fui yo quien me puse a reír. Él me miró y empezó a reír también. La verdad es que con él me sentía muy cómoda.
-Bueno, entonces, bajamos y te los presento, ¿vale?
-¡Vale!
Los dos nos pusimos de pie y caminamos hacia las escaleras, dispuesta a presentarle a mis amigos aquel chico tan majo.
Aunque me resultaba familiar…
Y no sabía por qué.

Cuarto capítulo ^^

El cuarto capítulo, aver qué os parece! Decidmelo mediante un comentario! Gracias :)

CAPÍTULO 4

El chófer aparcó delante del McDonalds. El trayecto fue muy divertido, estuvimos escuchando música de un CD que trajo Sheila y haciendo nuestras propias versiones de las canciones (más bien las hicieron Óscar y Daniel).
Entramos en el edificio, que estaba abarrotado de adolescentes. Cogimos una mesa con 6 sillas que estaba al lado de la ventana. Pusimos los abrigos en la sexta silla, la única que sobraba. Nos sentamos y cada uno pidió lo que quería. Yo pedí unas patatas fritas y una hamburguesa. De postre pedí un helado de chocolate con nata por encima. Fui la que menos comí de todos, pero es que quería dejar un hueco de estómago para las palomitas que tomaría en el cine.
-¿Y qué película podemos ver en el cine?-preguntó Annie
-Pues yo había pensado que podíamos ver alguna de terror, ya sabéis, esta es una época en la que están sacando muchísimas pelis de terror muy buenas.-opinó Daniel
-Pues entonces, vamos a ver una de terror, ¿pero cuál?-preguntó Annie.
-Mmmm...Es mejor que esperemos a llegar al cine y allí veamos las que hay y así decidamos cuál ver, ¿vale?-todos estuvieron de acuerdo con esta propuesta.
La conversación pasó de un tema a otro. Primero estuvimos hablando del cine, las palomitas y las películas que había. Después hablamos sobre algunas anécdotas que nos habían sucedido en el instituto y por último hablamos sobre los lugares a los que podríamos ir si organizásemos una excursión todos juntos (la respuesta a esa conversación fue “a algún lugar de España”).
No fue hasta que tomamos el postre cuando me empecé a sentir mal. No era nada relacionado con el estómago. Era la cabeza la que me dolía, y estaba bastante mareada. Al principio pensé que tan solo sería de algún movimiento brusco que habría realizado con la cabeza o con la espalda, y por eso no le di mucha importancia. Pero me empecé a preocupar un poco más cuando Sheila me preguntó:
-Oye Alice, ¿estás bien?-su cara mostraba mucha preocupación.
-Estás totalmente pálida-dijo Daniel.
-Tranquilos, es solo un pequeño mareo que me ha venido, seguramente un bajón de tensión. Será mejor que vaya al baño a mojarme la cara y ya se me pasará-me puse de pie, pero todo se empezó a mover y me tuve que sentar en la silla para no caerme.
-¡Alice! Ven, Sheila y yo te ayudaremos a llegar hasta el baño-Annie también parecía muy preocupada e hizo ademán de levantarse.
-¡No! Gracias chicas, pero no hace falta. Creo que tan solo es un bajón. Podré ir al baño sola.
Ninguno de mis amigos pareció muy convencido, pero al final asintieron lentamente.
-Solo con la condición de que si pasan más de 10 o 15 minutos y no vuelves vayamos a buscarte, ¿vale?-dijo Annie.
-Vale-respondí
Les sonreí para que no se quedaran preocupados. Y pareció hacer efecto, porque noté como se relajaban un poco más.
 El McDonalds en el que estábamos comiendotenía dos pisos. La parte de abajo era donde la gente comía y pedía la comida. La segunda planta estaba reservada para los cumpleaños y tenía un montón de cosas como toboganes y bolas de colores. También estaban los baños, así que tenía que subir unas escaleras para llegar hasta ellos. Tuve que apoyarme en la barandilla para no caerme, puesto que todo se balanceaba de un lado para otro, o eso me parecía a mí.
Al final llegué hasta los baños. Había un largo pasillo que tenía el baño de las chicas al lado derecho, y el de los chicos al izquierdo. Al fondo se podía divisar una puerta en la que tan solo podía entrar personal autorizado. Abrí la puerta del baño de las chicas y entré. No había mucha gente, así que me puse delante de un espejo y me contemplé. ¡Estaba muy pálida! Mi cara era de una tez blanquecina, pero esto era excesivo. Así que me mojé toda la cara unas tres o cuatro veces. Al final el mareo bajó un poco y yo me apoyé en la pared. Estaba realmente agotada, aunque no sabía a que se debía.
Cuando descansé lo suficiente, abrí la puerta del baño dispuesta a salir pero... me pegué un golpe contra algo o alguien. Caí al suelo y, como en mi sueño, solo pude ver...
Oscuridad.

Tercer capítulo ^^

El tercer capítulo de Alma Inmortal...comentad por favor que os parece! Graciaas :)


CAPÍTULO 3






Estaba acabando de vestirme cuándo en la pantalla del ordenador apareció un chat en comunidad. Vi quiénes estaban hablando en el chat y me habían invitado a que hablase yo también. Eran todos mis mejores amigos y con los que había quedado esta tarde. Eran los siguientes:
Óscar: Es uno de mis mejores amigos desde primaria, y es de los más graciosos del grupo.
Daniel: Es también el graciosillo del grupo. Él y Óscar son muy buenos amigos. También es el novio de Annie.
Annie: ¡Es una de mis mejores amigas! Nos conocemos desde pequeñas y nos queremos muchísimo. Siempre nos estamos apoyando. ¡Somos como hermanas!
Sheila: ¡Es mi otra mejor amiga! Al igual que con Annie, nos conocemos desde pequeñas y también nos queremos muchísimo. Es la que siempre nos ayuda en situaciones desesperadas y por supuesto, las tres nos apoyamos a toda costa. ¡Somos como hermanas!

Cogí y empecé a chatear:

Alice: Hola chicos/as!!
Annie: Hoolaa J J
Sheila: Hoolaa chicas! JJ
 Óscar: Jejeje, que tal gente!!
Daniel: Jejeje, muy bien gente!!
Óscar: Jajaja xD
Daniel: Jajajajajaja J
Alice: Eh, chicos, estáis locos!! Jajaja J
Daniel: Esoo!! xD
Annie: A veer, estamos aquí para hablar sobre el plan de esta tarde! Jejeje
Daniel: Lo se, guapísima TeQuiero
Annie: Oooohh, y yo mas que nada en el mundo!! J
Sheila: Eh,eh! Tortolitos, si vais a estar hablando d amor y esas cosas iros a un chat privado! xD
Alice: Es cierto! Tenemos que pensar que vamos a hacer esta tarde!
Óscar: Si queréis podéis venir conmigo en mi coche hasta el Mcdonalds! Qué os parece¿?Nos llevara el chofer.
Daniel: Con tal de estar con Annie por supuesto J
Annie: Ooooh TeQuiero muchoo, pues yo también voy!!
Alice: Aish, sois un poquito pesados no¿? Jajaja. Bueno, yo también me apunto!
Sheila: Yo encantadaa!! Y llevare un poco de música para que sea más divertido el viaje, ok¿? J
Óscar: Vale,¡genial! Bueno os paso a recoger dentro de 1 hora, ok¿?Así q preparaos!!
Alice: Vale chaooo! Chicas os quieroo J
Annie: Chauu Alice,Sheila  también os quiero!! J
Sheila: Y yo a vosotras!! J
Daniel: Eh! Y yo qué?
Óscar: Es cierto, muy buenas amigas pero nosotros somos parte de la pandilla L
Alice: Eh! Chicos no os pongáis así, también os queremos, y mucho!! Jejeje! J
Óscar: Valeee, y nosotros a vosotraas bueno chaoo! xD
                       
                      CONVERSACIÓN FINALIZADA

Me aparté del portátil y me acabé de vestir. Me calcé y estuve media hora peinándome. Al final me dejé el pelo suelto. Recibí un mensaje de móvil en el último momento, justo cuando iba a salir de la habitación.

Mensaje de Annie la Lokaa:

Hola guapa! Vete bajando al jardín de tu casa, ¡¡que en unos segundos estamos ahí con el coche!!   Chaauu Te Quiero Mucho J J

Le respondí

Olas guapísima!! Pues en unos segundos estoy, ¡¡hasta luego!! Un besoo J

Cogí el bolso y antes de salir por la puerta, me miré en el espejo. La verdad es que era bastante guapa. Tenía el pelo castaño y con mechas rubias. Era ondulado. Mis ojos eran azules verdosos. Estaba muy delgada, aunque no era de esas chicas esqueléticas, pero si que estaba delgada.
Me había puesto para la ocasión unos vaqueros pitillos muy ajustados que me marcaban las caderas. Me habría puesto un pantalón corto, pero estábamos en invierno, y me habría congelado. La parte de arriba era una camiseta de manga corta (hacía frío, pero podía soportar una camiseta de manga corta) muy ajustada también. Era bastante atrevida, tenía bastante escote. Me puse una chaqueta gruesa para andar por la calle y no tener frío. Llevaba unas botas puestas con un poco de tacón. Mi cara estaba maquillada sin colorete, aunque yo era bastante pálida. Los labios tampoco los tenía muy pintados, tan solo les había puesto un rosa pálido (no me gustaba que estuviesen muy pintados) pero los ojos si que los llevaba bastante maquillados. Llevaba rímel y sombra de ojos negra.
Me contemplé una última vez. Y si, me dije, soy bastante guapa. Nunca fui vanidosa pero, por algo desde pequeña, más de la mitad de los chicos del colegio me habían pedido salir. Y aún me seguía pasando en el instituto. Lo malo es que nunca había encontrado a mi “príncipe azul”, “media naranja” o a mi... alma gemela.
Suspiré, pero ya no servía de nada lamentarse. Ya llegaría el momento en que encontraría a mi alma gemela. Mientras tanto, iba a disfrutar todo lo que pudiese, tal como había dicho Jhon, mi adolescencia.
Sonreí y salí por la puerta, dispuesta a pasármelo lo mejor posible...
Con mis amigos

Segundo capítulo ^^


Aquí os dejo el segundo capítulo. Espero que os guste y comentad, por favor! Gracias =)

CAPÍTULO 2

Me desperté cuando noté que alguien me estaba zarandeando. Abrí un poco los ojos y enseguida los cerré. La luz me dañaba los ojos, pero al final me obligué a abrirlos.
-¡Para!-grité
Entonces vi que era Ross quien me zarandeaba y me aparté un poco.
-Lo siento, es que no te despertabas. ¡Ya son las 10!-dijo Ross
Me senté en la cama a toda velocidad. Vi que Luis también estaba en la habitación. Me miró, sonrió y me dijo:
-¡Eh, dormilona! Por fin te despiertas. Mientras dormías Ross me ha contado lo de tu pesadilla. ¡Es una pasada!
Yo le miré como si acabara de decir la estupidez más grande del mundo.
-Luis, ¿tú estás loco, no? ¡Es horrible!
-Lo se, te lo decía de broma-pero pude ver como se reía por lo bajo.
Me levanté y me calcé las zapatillas.
-Será mejor que bajemos, es decir, ¿mamá y Jhon están despiertos, no?
-¡Eso es lo bueno! Aún no se han despertado. Siguen durmiendo.-Ross sonrió
-Y habíamos pensado que podríamos prepararnos unas tortitas, ya que mi padre y vuestra madre no nos iban a ver-Luis parecía muy emocionado con la idea, aunque tan solo se tratara de comida, y él no solía comer mucho.
De todas formas la idea me pareció muy buena y asentí mientras salía por la puerta.

Preparamos las tortitas rápidamente (mas bien las preparó Ross).
Pero, cuando Ross estaba a punto de acabarlas, mi madre apareció en la puerta de la cocina y carraspeó para captar nuestra atención.
Los tres nos volvimos a la vez. Por suerte, reaccioné rápidamente y se lo expliqué todo con una pequeña mentira.
-¡Mamá! No, no, no y no... ¡Se supone que iba a ser una sorpresa!-puse una cara de tristeza que la debió de dejar bien convencida.
-¿Qué es lo que se supone que tenía que ser una sorpresa?
-¡Pues esto! Os íbamos a preparar un desayuno sorpresa a Jhon y a ti antes de que os despertarais, pero se ha fastidiado en cuanto nos has visto.
Miré a Ross y a Luis y los dos parecían estar muy tristes. La verdad es que actuábamos muy bien.
-¡Oh chicos, lo siento! Está bien, aún no se de qué está formado el desayuno sorpresa así que voy al salón y me avisáis cuando esté listo,¿vale? Y tranquilos, que no le digo nada a Jhon.
-¡Gracias mamá!-exclamaron Ross y Luis.
-Gracias a vosotros chicos, que sois los que me estáis haciendo el desayuno.-Mamá sonrió.
Me resultaba raro oír a Luis llamar a mi madre “mamá”, pero ya casi me había acostumbrado. Así que ignoré esa palabra y ayudé a Luis y a Ross a preparar cinco desayunos sorpresas, para mamá, Jhon, Ross, Luis y para mí.

                                    
Luis se levantó de la mesa. Ya había acabado de comer el desayuno sorpresa (que consistía en un zumo, chocolate caliente y unas tortitas). Se disponía a salir de la cocina cuando Jhon le dijo:
-¡Eh! Luis, ¿adónde se supone que vas?
-Pues había quedado con ir con uno de mis amigos a una tienda nueva de videojuegos.-contestó.
-Y hablando de salir, yo voy a ir a comer al McDonalds con mis amigos y por la tarde vamos a ir al cine-dije.
-¡Esperad un momento los dos! ¿Os creéis que podéis ir a dónde queráis? Tendréis que decírnoslo primero a Jhon y a mí, y luego ya veremos si os damos permiso para ir o no.
-Oh por favor mamá ¿podemoooooooos?-dije, intentando convencerla.
-No sé... ¿Jhon, tú qué dices?
Miré a Jhon lo más esperanzada que pude y con todo el amor que le podía dar. Debió de hacer efecto, porque se apiadó de nosotros y le dijo a mi madre:
-Venga, Eli-mi madre se llamaba Elizabeth, y cuando Jhon la quería convencer de algo la llamaba Eli. Yo lo llamaba su: “seudónimo cariñoso”- déjalos disfrutar de su adolescencia. Lo mejor será que la disfruten mientras puedan, luego no tendrán mucho tiempo con los deberes, los problemas del trabajo etc.
Mi madre miró a Jhon primero, después a Luis y a mí, y por último a Ross.
-¿Y tú no quieres ir a ningún lugar?-dijo mirando a Ross
-No, tenía pensado quedarme en casa a descansar, ya sabes, ver la tele, leer etc. Estoy agotada por todas las actividades de la semana.
Mi madre nos volvió a mirar uno a uno, al final suspiró y dijo:
-Está bien, podéis ir a la tienda de videojuegos, al McDonalds y al cine.
Luis y yo nos miramos y saltamos a abrazarla, y después a Jhon, aunque yo de una forma muy moderada.
-¡Gracias!
Acto seguido cada uno nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones a prepararnos para salir.





Prólogo y Primer capítulo ^^

Aquí está el prólogo de la historia, espero que os guste! ^^

PRÓLOGO

 
Camino entre silvas y enredaderas, pinchándome las piernas, haciéndome cortes, de los que a veces brotan hilillos finos de sangre. Aunque el dolor se intensifica por momentos, sigo caminando, sin saber muy bien que rumbo tomar. Unas pisadas a mi espalda me sorprenden, y hacen que eche a correr. Acabo tropezando con una gran roca que sobresale en el suelo, y caigo al suelo, manchándome de barro, hojas y ramas.
Me levanto del suelo apoyándome en la roca que ocasionó mi caída. Apenas consigo mantenerme en pie sin que me tambalease un poco. Escucho atentamente. Nada. Por lo visto, mi extraño perseguidor me había dejado tranquila. <> pienso, mientras observo lo que se encuentra a mi alrededor.
El camino que anteriormente había estado lleno de hierba y hojas, se encuentra ahora limpio, cuidado y en perfecto estado. Parece el típico camino que hay en los cuentos, esos que llevaban hasta la casa de una bruja mala, pero que engaña a los niños haciéndoles creer que es buena. Sin embargo, eso es imposible. Quizás al final de aquel camino encuentre una casa en la que descansar, con una familia feliz que me acoja.
Camino, y el tiempo pasa. La pesadumbre se me hace inmensa. Al igual que el cansancio. Por fin, atisbo el final del camino. Con mis últimas energías, acelero el paso, y llego hasta el final de aquel camino que parecía interminable.
Una pared.
<<¿Una pared? ¿Eso es lo único que encuentro tras un viaje insoportable, heridas y sustos? ¿Una mísera pared?>> pienso, a punto de gritar con todas mis fuerzas. En vez de eso, prefiero descargar mi furia golpeando con una patada la pared.
De repente, todo comienza a temblar: la pared, el suelo, los árboles. <> pienso, y echo a correr, escondiéndome en el lugar más cercano que encuentro.
Durante unos minutos eternos, todo parece indicar a que esto es el final. Pero, como si de magia se tratase, todo cesa. El silencio se vuelve a adueñar de aquel camino. Salgo lentamente de mi escondrijo, y me acerco a la pared. La toco y, para mi sorpresa, los ladrillos caen amontonados en el suelo, dejando libre una puerta lo suficientemente grande como para que yo me meta dentro.
Haciendo caso a mi instinto, entro por la puerta y bajo por unas escaleras decrépitas que hay a la derecha. Cuando alcanzo el final de las escaleras, observo a mi alrededor. Parece que me encuentro en un túnel subterráneo. Allí dentro la luz es muy escasa, y muy tenue. Tan solo iluminan los túneles unas pocas velas, colgadas de las paredes.
Para poder ver mejor, cojo una de las velas y empiezo a caminar. Es extraño, siento que ya he estado aquí alguna vez… Pero no recuerdo cuándo. Me fijo en aquellas paredes, y las toco. Siento que mi mano toca algo frío, y acerco la vela a la pared. Una pequeña hilera de diamantes se encuentra allí, formando una recta perfecta. Los toco con delicadeza maravillada por todo lo que estoy encontrando.
De repente, oigo un grito.
El grito es muy agudo, insoportable, y lo peor es que se acerca cada vez más y más hacia mí. Corro en un intento de salvar mi vida, pero no encuentro ningún lugar en el que esconderme. Decido agacharme, justo cuando el grito sobrepasa mi cabeza. <<¡Un pájaro!>> pienso, aliviada de que no fuese nada peor.
Pero entonces, de repente, noto un dolor inmenso en mi pierna, y miro hacia ella. Un pequeño cuchillo se encuentra en mi rodilla, provocando que grandes cantidades de sangre caigan de ella.
Apenas puedo dar un pequeño grito cuando me empiezo a marear. Intento detener la hemorragia con mis manos, pero lo único que consigo es mancharme aún más de sangre. Al final, desisto en el empeño y caigo tumbada al suelo. La vista se me nubla cada vez más y ya casi no puedo ver.
Entonces lo oigo. Su risa, sus pasos.
Una figura encapuchada me mira desde arriba. A pesar de aquella oscuridad, si hubiera estado en condiciones normales, habría conseguido distinguir algún rasgo suyo. Pero no estoy en condiciones normales. La vista se me nubla cada vez más y más.
Oigo su risa una última vez, y veo cómo se marcha riendo a carcajadas.
Y luego oscuridad.
                               CAPÍTULO 1

Una mañana de un día de abril, en la casa de Alice.
El sol se flitraba por las ventanas, atravesando las cortinas y dando de pleno en mi cara. Fuera, en la mañana soleada, algún pajaro cantaba para atraer a las demás hembras. Fuera había un paisaje llamtivo y multicolor, lo que se denominaría un paisaje perfecto. Pero dentro de mi habitación solo había oscuridad y tensión.
Me retorcía entre las sábanas mientras murmuraba cosas inteligibles. Gotas de sudor me surcaban el rostro, y tenía la tez muy pálida.
 Me desperté jadeando en la cama. Como suponía, todo estaba oscuro y silencioso. Observé mis manos.
¡Estaban llenas de restos de tierra y hojas!
¿Pero cómo era eso posible? No había salido de mi cama en toda la noche, y había dormido como un lirón. Pero sin duda, aquello era tierra, y restos de hojas. Encendí la luz, dispuesta a ir al baño y lavarme. Pero, en cuanto pulsé el interruptor, me di cuenta del tremendo error que acababa de cometer. Mi hermana, Ross, estaba  durmiendo en la cama de al lado. Estaban haciendo cambios  en su habitación (concretamente, estaban agrandándola) y  había venido a dormir a la mía durante unos días. Pero ya  era demasiado tarde. Ross se desperezó en la cama y abrió  los ojos. Antes de nada, miró el despertador (cosa que yo no había hecho) y yo también lo hice. Eran las 6 y media de la mañana de un domingo. Enfadada al ver la hora que era, Ross me miró y espetó:
-Vaya, gracias por despertarme.
 Yo sonreí. Sabía perfectamente que en realidad no estaba  enfadada. Además de hermanas, éramos muy buenas amigas,  y nos enfadábamos muy pocas veces.
 -Lo siento,-respondí- no me di cuenta de que estabas aquí.
-Ya, claro.-sonrió, y su cara cambió de repente a una de preocupación- ¿Oye Alice estás bien? Estás totalmente pálida.
-¿Si? Pues no sé. Quizas esté un poco mareada.
-Vamos a mí no me engañas, y lo sabes perfectamente. ¿Qué es lo que ha pasado?
-Nada, nada... Solo una pesadilla. Nada fuera de lo común y...
-¿¡Pero que te ha pasado en las manos?!
-¿Qué?-dije
Al instante me di cuenta de que había movido las manos justo en las narices de Ross, y me las había visto totalmente sucias.
-Nada, no me ha pasado nada, es solo que antes he tropezado con una maceta y se me ha roto.
-Mira, deja de decir gilipolleces ¿vale? Dime ahora mismo lo que te ha pasado.
Sí. Ross era mi hermana pequeña, pero a veces se comportaba como si tuviera 20 años más qe yo.
-Ya te he dicho que yo no he hecho nada. Tuve una pesadilla horrible y...me desperté con las manos así.
-Oh venga ya, ¿no pretenderás que me crea semejante estupidez?
-No te la creas, pero es la verdad.
Y aunque Ross era muy testaruda, sabía muy bien cuándo los demás decían la verdad o no, y ella vio en mis ojos que le estaba diciendo la verdad.
-Está bien, dime todo lo que has visto en ese sueño.
Le relaté todo lo que había sucedido. Al terminar, Ross se levantó de su cama y se acercó a la mía, subió y se sentó a mi lado.
-Así que, en esa pesadilla, tú "morías".
-Bueno, no sé si eso se puede denominar exactamente como "morir", pero si que recuerdo que no sentí nada.
-Espera, ¿cómo que sentir?
-Pues eso, que no sentí nada.
-Espera un momento, en las pesadillas no se siente. Se piensa y puede que se sienta como mucho el miedo pero, no se sienten el dolor, ni las demás cosas.
-Eso es lo raro. Aparte de que es como si hubiera ido a ese camino de verdad, cuando me disparaban algo, o me tiraban algo, sentía un dolor inmenso. Y en el final, es como si de verdad me doliese la cabeza muchísimo y es como si estuviese a punto de explotarme. Y sentí alivio cuando al fin solo hubo oscuridad.
-Oye ya sé que tú eres la hermana mayor y tal, pero eso NO es normal.
Ross parecía en verdad muy preocupada.
-Lo sé, y prometo hacer algo al respecto, pero por ahora prefiero que esto quede en secreto, ¿vale?
-No, no, no. Espera un segundo. Se lo podemos esconder a John y a mamá, pero a Luis no podemos.
Luis era algo parecido a un hermanstro nuestro. Yo, Alice, tenía 16 años y Ross y Luis tenían 15. En realidad, Luis no era ni nuestro hermanastro ni nuestro hermano. Era nuestro amigo y el hijo del novio de mi madre.
Mi madre y mi padre siempre habían vivido felices, hasta que un día comenzaron a discutir por una tontería, pero para ellos supuso mucho. Desde entonces, ni mi madre ni mi padre habían vuelto a hablarse. Llegado un día, la tensión era tan insoportable que mi padre se marchó de casa, dejando a mi madre a cargo de Ross y de mí, y abandonándonos. Durante mucho tiempo, mi madre había ido a psicologos, y en gran parte Ross y yo aprendimos a criarnos solas. Hasta que mi madre, hará unos 3 o 4 años, empezó a salir con John. John es el padre de Luis, y también estaba divorciado, como mi madre. Ambos se habían conocido un día en el psicólogo. Y ahora, mi madre y él estaban pensando en casarse y... ¡yo no me lo podía creer!
Yo no quería mucho a John. Y tenía mis razones.
John era un tipo muy majo, de esos que casi siempre le caen bien a todos. Y yo sabía que si me encariñaba un poquito más con él, acabaría queriéndole como si fuera mi padre. ¡Y yo no quería que eso pasara! Porque si por alguna razón él y mi madre dejaran de ser novios o se divorciaran (si se llegaban a casar) y nos abandonara, no podría soportar que mi “otro padre” me abandonase, como “el anterior”. Por eso no le quería como a un padre de verdad. Es cierto que sí que hablaba con él, le gastaba bromas etc. Pero había cosas que no podía hacer por nada del mundo, como llamarle papá.
Aun así, volviendo al tema principal, a Luis lo quería mucho y a él si que lo trataba como a Ross o a mamá, es decir, como a alguien más de la familia. Porque él nunca nos abandonaría a Ross y a mi, igual que nosotras no le abandonaríamos a él. Sabía que podía confiar en él.
Así que no tuve más remdio que decirle a ross:
-Está bien, se lo diremos a Luis, pero ahora no, más tarde, son  las 6 y media de la mañana.
-Lo sé, lo sé.... Ahora es mejor que durmamos porque no se tu, pero yo estoy agotada. ¡Ah! Y yo de ti me iba a lavar esas manos antes de acostarse.
-Sí, a eso voy. Hasta mañana, o más bien, hasta dentrro de un rato.
-Hasta luego.-se despidió Ross.
Apagué la luz y salí de la habitación. Caminé por el largo pasillo hasta llegar al baño. Lenta y sigilosamente, abrí la puerta y entré dentro, con cuidado de no hacer ruído.
Cuando estuve dentro, me dirigí hacia el lavabo y abrí el grifo.
De repente, como salido de la nada, un ruído en la bañera me detuvo. había sido un ruído parecido a un paso. La bañera se encontraba justo detrás mia, y tenía las cortinas corridas. de nuevo aquel sonido.
Temblando, cerré el grifo y me di la vuelta.
-Ho...¿hola?-tragué saliva-Quien seas o lo que seas, fuera de aquí.
De nuevo, la pisada. Intenté vislumbrar algo detrás de la cortina, pero era demasiado opaca. Así que, temblando aún más, me acerqué a la bañera. De nuevo, otra pisada se escuchó, esta vez proveniente del interior de la bañera.
Estaba a tan solo un paso de la bañera. Alargué la mano y cerrando los ojos, descorrí la cortina y...
Nada.
Nada me atacó, nada me mató y nada me tocó siquiera. pero lo que vi fue mucho peor, lo que había en el interior de aquella bañera era mucho más terrorífico que cualquier otra cosa que pudiera haber visto antes.
Dentro de la bañera, en el suelo, escrito con sangre, ponía:
¿Lista para sufrir como nunca antes?